A fines del siglo XIX, cuando el ferrocarril se impuso como un beneficio en cuanto a comunicación, algunas personas no dudaron en afirmar que esta máquina era terrorífica y que en los túneles la gente moriría asfixiada. Afirmaban que cuando este excedía una velocidad de 50 Km por hora la sangre saldría por la nariz y las orejas y los viajeros morirían en horribles convulsiones. Durante la revolución industrial se pagaban los servicios a personas llamadas “knocker upper” cuyo oficio era ser despertadores para ir al trabajo golpeando la ventana de sus clientes con un palo o tirando guisantes. Ante la situación obrera, la iglesia católica fijó su propia doctrina social. En la encíclica Remun Novarum de 1891, el papa León XIII consideró que los trabajadores debían recibir un salario justo, tener mejores condiciones de higiene y seguridad y jornadas más cortas. Apoyó el derecho a los sindicatos pero sin ideologías marxistas, pues defendía el derecho a la propiedad privada. Los cuerpos de los niños, por su pequeño tamaño, eran ideales para introducirse en las minas, y eran brutalmente explotados a cambio de un pequeño salario. Los malos tratos en la revolución industrial dieron paso a movimientos como el ludismo y el cartismo. Inventos:
miércoles, 6 de noviembre de 2013
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Gracias por tu artículo, me fue de muchísima ayuda :D
ResponderBorrarmuchas gracias por el articulo!!!!!!!!! me salvaste de una!
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